En 2010, Eimar Girón trajo consigo no solo su experiencia y amor por el café, sino también la tradición familiar, para establecer Café Girón en Concepción. Su travesía por el mundo, trabajando en lugares tan lejanos como Irak, Alemania y Egipto, finalmente lo llevó a asentarse en Chile, donde decidió compartir el legado de su familia con la comunidad penquista.